He llegado a pensar que deje de escribir el día que te conocí, deje de amar el papel y la pluma desde el día que vi que la poesía estaba hecha hombre en tus ojos, y ya no tenia nadie mas a quien escribir porque ya existías, esa tarde colapso el papel, la pluma dejo de tener tinta y mis pensamientos se fugaron entre tu cabello y el punto medio de tu espalda. Es una de esas veces que sabes que la tierra dará un giro de 360 grados y que no hay marcha atrás ni aunque pongas reversa...
Y entonces la poesía se esfumo, se esfumo por tardes enteras,por noches y sus holocaustos mismos, por siempre mientras mirara tus ojos...Aunque confieso que en la naturalidad debió ser diferente, debí desde aquel momento deshojar cualquier pensamiento fugaz o eterno en un papel describiendo el amor que comenzaba a crecer en mi interior por tu figura, por tus ideas, por todo lo que envolvía tu nombre, pero todo ceso, como si algo en mi interior me hubiera puesto un candado de seguridad en las ideas, aunque hizo falta ponerle un cerrojo al corazón
Comencé a hacer poesía en tu piel con cada beso y con cada mirada, comencé a tener un lienzo vivo de memorias en ti...y olvide plasmarlas para la eternidad aunque se eternizaron...vaya que si¡¡
Tu piel es un cumulo de mis suspiros, tus ojos un paseo de mis miradas vivas y muertas, porque te ofrecí desde mi vida entera, hasta la muerte de mis propios deseos por seguir tu estrella,muriendo a mi para pertenecerte.
Y albergue una esperanza cerca de mis ideas y muy dentro de mi corazón, una esperanza que por muerta que se veía latia por segundos en mis ojos o en mis manos cuando por descuido rozaba tu piel.
Las letras murieron en esa tarde en la que me enamore, murieron porque me quede sin palabras para describir lo eterno de ti, lo majestuoso de tus mirada, la presencia de tu ser, no había nada que describir, la poesía tenia nombre y apellido...TU.
